Cabe también destacar el uso de los colores. Mientras que la infancia y adolescencia se dibujan en rojo, la niñez y madurez se grafican en azul. Esto se debe a los periodos de mayor o menor variabilidad física y psicológica que se experimenten.
El rojo nos indica etapas caracterizadas por una gran cantidad de cambios, periodos de mucha intensidad, de mucho crecimiento, mientras que el azul nos refiere a periodos de calma y/o estabilidad.
Las líneas que van de 0-3 años, de 6 a 9, de 12 a 15 y de 18 a 21 representan cuando el ser humano adquiere cierta información. Y las líneas que suben 3 a 6 años, 9 a 12, 15 a 18 y 21 a 24 es cuando se perfecciona ese aprendizaje.
En la parte superior del gráfico puede leerse la palabra finalidad. Esto responde a la tesis defendida por el método Montessori de que el desarrollo es un proceso constante, definido por la naturaleza humana.
En contrapartida, en el margen inferior aparece la palabra causalidad. Esta alude a la interpretación de la pedagogía tradicional, de un proceso de aprendizaje constreñido a las leyes causa-efecto.
En este sentido, el docente sería la causa, mientras que el aprendizaje logrado por el alumno se concibe como un efecto.
La educación convencional confiere al individuo un rol pasivo en la construcción del conocimiento.